Un querido amigo y cliente me hizo reflexionar con su sincero punto de vista. «¿Es posible que alguien interprete que incorporas el coaching a tu actividad porque no te va bien como abogado?»
Respuesta corta: Sí, obvio que es posible!
Respuesta larga: Imposible hacerme cargo de la interpretación de los demás. Solo puedo compartir mi punto de vista luego de tantos años asesorando empresarios y ejecutivos: el coaching en negocios, al igual que el asesoramiento legal, o las habilidades blandas, o la práctica colaborativa, o el arte de la negociación…(o cualquier otra profesión o habilidad que se nos venga a la mente), no dejan de ser herramientas válidas para ayudar a las personas y/o empresas (manejadas por personas) a lograr bienestar, frente a situaciones complejas que no saben como resolver.
Entender, empatizar y comprender la emocionalidad de un empresario o ejecutivo de empresa que debe tomar una decisión crucial en su vida profesional (vender su negocio de toda la vida; separarse de la empresa que ayudó a formar; resolver un conflicto con sus socios; reestructurar un equipo de trabajo; etc…) es clave para que dicha decisión pueda ser llevada a cabo exitosamente -proceso mediante- y entendiendo por «éxito» la armonía entre el logro buscado y su íntima decisión.
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