Las mejores decisiones son las que se adoptan como resultado de un proceso lo suficientemente serio, profundo y responsable. Por supuesto que la improvisación puede darnos muy gratas sorpresas, pero si queremos lograr resultados que se acerquen lo más posible a nuestras expectativas es necesario transitar debidamente un trabajo previo.
Creemos que este principio se aplica en diversas dimensiones de los negocios, la vida profesional y las relaciones laborales.
En este último ámbito, tanto cuando se pretende la finalización no conflictiva de una relación laboral por parte del ejecutivo empleado, como también desde la óptica de la empresa, resulta conveniente elaborar un proceso de desvinculación que sea amistoso, respetuoso y económicamente razonable para ambas partes.
Desarrollar un proceso de negociación armónico, integral y cuidadoso puede resultar beneficioso para la empresa que debe afrontarlo. Sus directivos, equipos, clientes, proveedores y personas con las cuales interactúa estarán atentas a la forma que elige la empresa para recorrer esos difíciles e inevitables procesos. Para el empleado, una negociación inteligente, cuidadosa, integral y estratégica será importante como base para la próxima etapa que el empleado decida encarar.
Transitar empáticamente por un período de conversaciones honestas y respetuosas ayudará a que el resultado final sea bien recibido por cada parte involucrada. No solo es aconsejable, sino que es probadamente posible llevar adelante una negociación “win to win”, reduciendo en la medida de lo posible los desgastes en los vínculos personales, los daños emocionales colaterales y también posibles impactos negativos en la imagen de la empresa.
El arte de la negociación en un proceso de este tipo es una herramienta útil, necesaria y conducente para la obtención del mejor resultado posible. Y un asesoramiento legal e integral, que incluya el acompañamiento emocional de los protagonistas, ayudará a que el proceso sea un éxito en sí mismo.
En nuestro modo de ver la profesión, registrar estos elementos esenciales y generar procesos “win to win” nos ayuda a transformarnos en mejores abogados de negocios, en beneficio de nuestros clientes, cualquiera sea el área de nuestro expertise.