¿Cual va a ser tu prioridad en los próximos meses? ¿Lanzar el producto, conseguir fondeo, conseguir clientes o preparar tu estructura legal?
La competencia directa siempre es buena. Ayuda a analizar lo que el mercado valida como conveniente y necesario. Pero no siempre los primeros en mover las piezas son los que tienen ventajas. Quzás, todo lo contrario. Sobran ejemplos exitosos de quienes aprovecharon los errores de otros.
Acelerar la salida al mercado para validar el producto puede transformarse en un error. Si bien testear tu idea siempre ayudará a confirmar si es buena o no, es clave no ponerla en riesgo más de lo necesario. Una buena idea mal implementada puede transformarse en una oportunidad perdida.
Fondear el proyecto es clave. Para desarrollar el producto en escala y sostenerlo en el tiempo, invertir en su distribución y posicionamiento. Aunque no siempre es conveniente apurarse a vender participaciones del proyecto a bajo precio, o hipotecar el futuro del negocio en búsqueda de seguridad y certidumbre patrimonial.
Es importante también, junto con el lanzamiento, fondeo y clientela, pensar e implementar la estructura legal de tu start-up. Existen valiosas razones para no descuidar lo formal: nombre; marcas; diseños; estructura legal que sea apetecible a futuros inversores; análisis de jurisdicciones estratégicas; estructuras flexibles que te permitan crecer y cuidar tu proyecto; acuerdos con tus socios; relación con empleados o tercerizados; confidencialidad; marco legal de tu actividad; protección de datos; estructuras de financiación; beneficios fiscales y laborales; entre muchos temas que irán apareciendo a medida que profundices el análisis y visualices perspectivas de crecimiento.
Lo que hagas de manera oportuna seguramente genere mayor valor en tu proyecto. Desde ya que el éxito no se puede asegurar. Pero si los procesos son los adecuados, las posibilidades de que ello ocurra aumentarán exponencialmente.